Paramó - el agua del Amazonas

¿De dónde viene el agua del Amazonas?

Durante una caminata de 12 horas por la cordillera andina del Putumayo, tuvimos la oportunidad de conocer por primera vez un ecosistema muy especial: el páramo de la Juana. Este paisaje sagrado es único para la cordillera de los Andes, ya que se encuentra a unos 3000 metros de altura y es a la vez frío y húmedo. Aquí, en cima de los Andes se encuentra la fuente del agua del Amazonas.

Los páramos son paisajes sagrados, pero en peligro de extinción. Están llenos de plantas medicinales conocidas y utilizadas por los indígenas desde hace mucho tiempo. Albergan más de 4.000 especies vegetales, una de las cuales es el Frailejón, también conocido como Espeletia, que crece sólo 1 cm al año. Al igual que otras plantas del Páramo, los frailejones tienen la capacidad de absorber el agua de las nieblas y las lluvias gracias a una adaptación de sus hojas, con el fin de canalizarla hacia los arroyos y devolver agua almacenada al suelo. Los páramos colombianos suministran más del 70% del agua para su población.

Dos factores importantes explican las funciones hidrológicas de los páramos. El primero es el clima espececífico de este ecosistema de altura: una baja evapotranspiración y mucha precipitación, produciendo un excedente de humedad. En segundo lugar, los suelos de ceniza volcánica (andosoles) tienen excepcionales propiedades y una gran capacidad de retención de agua con poros muy finos. Esto es lo que hace que los páramos se encuentren exclusivamente en las montañas más altas de los Andes.

El aire es tan húmedo, lleno de miles minigotas esperando condensarse, que cualquiera perturbación trae la lluvia. Por esta razón, el silencio reina en este paisaje sagrado y no se permite hablar; de lo contrario empezará la lluvia - hablando con experiencia.

Los páramos son misteriosos, sagrados y anhelados. También son explotados y bajo múltiples amenazas graves, incluida la minería a gran escala y el cambio climático. Durante nuestra caminata, encontramos muchos frailejones quemados. Recientemente se ha promulgado una exhaustiva regulación (Ley 1930) para redefinir sus límites y restringir las actividades nocivas.

Cuenca del Amazonas

Foto de grupo durante una caminata entre Colón y Aponte, 10 de diciembre de 2022.

Encontrándonos en nuestro primer páramo.

Imagen de cerca de una hoja esponjosa de frailejón.

Imagen de cerca de una flor de frailejón, cada parte de la planta absorbe el agua del aire húmedo.

Durante nuestra caminata, encontramos muchos frailejones quemados.

Una pintura en una pared en Santiao, Putumayo.

Páramo, paisaje sagrado de los Andes.